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El sabor de la historia entre dos panes

El nombre del pan de las cemitas se deriva de una preparación judía que es similar, aunque sin levadura. Posteriormente, se le fue añadiendo ajonjolí, que además de dar sabor, tenía motivos decorativos. En algunos casos, las cemitas podían llevar el escudo de armas de alguna familia o comunidad que se quisiera representar con estas semillas.

Aún las comemos como se hacían en antaño, con los guisados o preparaciones que la gente tenía a su disposición. El Mercado La Victoria, ubicado en el Centro Histórico de Puebla y construido durante el período de Porfirio Díaz (1913), tiene el registro de las primeras ventas de cemitas en la capital poblana. Estas se preparaban con pata de cerdo en vinagreta, con sus aún tradicionales chipotles.

Con un brinco en el tiempo, al año de 1988, Cemitas OCHENTAOCHO abre en la ciudad de México para ofrecer las cemitas más tradicionales, preparadas con el pan poblano que ha encantado durante generaciones. Prueba la cemita histórica de pata sin tener que viajar al Mercado La Victoria; pídela con quesillo, aguacate y vinagreta que humectan el pan, y pápalo para perfumar todos los ingredientes. Cemitas OCHENTAOCHO te ofrece más de diez opciones de cemitas para que emprendas con tu paladar, un viaje de sabores con historia.

 

Por Bruno Eflamm.

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