Las cemitas sorprenden a grandes y chicos. Este pan, reconocible a simple vista, es sinónimo de cocina poblana y una vez relleno, es un platillo centenario que continúa trascendiendo a todo México y el mundo. Pero, ¿de qué van rellenas?
La tradición cuenta que las cemitas se fueron creando de acuerdo a la disponibilidad de productos con la que la gente contaba. Es un platillo del pueblo, que como muchos otros, surgió por la necesidad y el ingenio por alimentarse, aprovechando así hasta el último recurso de las cocinas. Papas hervidas, papas fritas, frijoles, carne de cerdo o de pollo, y un sinnúmero de posibilidades.
En la actualidad, cuando se piensa en una cemita tradicional nos viene a la cabeza una milanesa de res perfectamente empanizada, frita hasta lograr un color dorado y una textura crocante; luego un quesillo fresco perfectamente deshebrado, chipotles macerados, unas hojas potentes de pápalo y la vinagreta con aceite de oliva que ayuda a aderezar el pan y terminar de envolver todos los sabores, sin olvidar la corona de aguacate maduro.
Cemitas OCHENTAOCHO trae la tradición poblana a la Ciudad de México. Acércate a probar la tradicional cemita de milanesa de res y la de queso de puerco, otra de las reinas en la tradición. La de pierna de cerdo encanta por su sabor sutil y por los suculentos chipotles elaborados artesanalmente. De las más de diez opciones, ahora podrás decidir con más facilidad con qué te gusta comer tus cemitas.
Por Bruno Eflamm